Experiencia UltraFunK

Sí, es cierto, uno no ve Los Amigos Invisibles en sus conciertos. Un concierto así es pura sensación que se te mete por las venas. Ya no eres tú, te vuelves una máquina que canta y baila, como adepta a una religión derivada del FunK. Quieres besarles los pies, lavarselos, y claro meterte en la bañera con ellos, pero ese es otro asunto.

Oirlos fue una experiencia surrealista, y claro también ellos se vuelven máquinas, pero de música non-stop que te saca de tu cuerpo. Y yo ahi, con mi atuendo funky con tenis y uñas ultrapink -ultrafunk- y lentes demasiado grandes para mi cabeza pero donde cabía todo el Funk del planeta. Cuando dejaba los lentes taparme los orificios que sirven a la vista, solo veía algo como auras u ondas músicales bailando alrededor de Los Amigos Invisibles. Pueden entender que los tenía puesto durante todo el concierto.

Todos Los Amigos Invisibles se vuelven tus panas en esas horas compartidas donde todos acabamos sudados, cansado y satisfechos. Una experiencia orgásmica, totalmente sexual, pero no se puede evitar con esos putos: las nenas se enamoran de ellos y los nenes se identifican con ellos. Eso es lo que se llama Gozadera Funk-Damentalista: tu cuerpo se funksifica y tu mente entra en pura funkción. Es irse en un viaje a otra galaxia el tiempo de tripear con Los Amigos Invisibles; el tiempo de una nota que se multiplica en un millón más para terminar en un tatuaje vivo de vibraciones en uno de tus rincones más profundo y perdido.Fue tan irreal pero al mismo tiempo real que prefiero quedarme con un recuero intermedio movedizo.

Pero ahora mismo estoy aqui escribiéndoles, en espera, abierta, en cuerpo y en mente, para nuevas experiencias con Los Amigos Invisibles.